Se les conoce de forma genérica como llantas “runflat”, aunque en realidad luego cada fabricante utiliza su propia denominación. Y lo primero que hay que saber es que este tipo de llantas se diferencian de los neumáticos convencionales en que pueden rodar ciertas distancias y hasta una determinada velocidad –normalmente entre 30 y 80 km, y hasta una velocidad máxima de 80 km/h– con bajas presiones… e incluso sin aire.

Cómo son las llantas runflat

Externamente no distinguirás si una llanta es de tipo runflat por su apariencia o el dibujo de la banda de rodadura, aunque cada fabricante añade un marcaje con la denominación comercial que utiliza. Por ejemplo, en el caso de Michelin es ZP, en Hankook utilizan las siglas HRS, SSR es la denominación en Continental, y en GoodYear se denominan RFT.

Las diferencias de una llanta runflat son constructivas: llevan los flancos y los hombros reforzados, con el objetivo de poder mantener la estructura del neumático sin que se deforme por completo en caso de pérdida de presión, manteniéndose así fijos a los rines. Los refuerzos en el flanco, permiten incluso seguir circulando soportando todo el peso del vehículo en el propio flanco aunque no quede aire, porque soportan la carga a presión nula. Además, también se diferencían por un talón diseñado de forma que se reduce el riesgo de que se desmonte en caso de que el neumático pierda el aire.

Una llanta runflat ofrece mayor seguridad en caso de pinchazo. Pero ojo, que una llanta runflat no es una llanta imponchable, no hay que confundir estos términos. Con una llanta runflat tendrás un margen para circular ponchado con seguridad durante unos kilómetros –siempre que respetes el límite de velocidad establecido, en estos casos por el fabricante–, normalmente los suficientes para encontrar un sitio en el que reparar la ponchadura.

Ventajas e inconvenientes de las llantas runflat

Pues debido a su capacidad para seguir rodando con el neumático sin aire, y  que es muy difícil que se desmonte, la primera ventaja a tener en cuenta es la mayor seguridad que aportan en caso de un pinchazo. Pero lo que muchos valorarán es que puedes decir adiós a la rueda de repuesto; es la mejor solución si tienes claro que no quieres o no puedes cambiar una rueda, siempre y cuando tengas en cuenta que la movilidad que aportan es como la de una rueda de repuesto de emergencia, es decir, es temporal, y deberás de buscar un taller para reparar el pinchazo.

En sus primeras generaciones, debido a la rigidez de los flancos, también eran neumáticos que hacían afectaban al confort de marcha del vehículo, aunque en este sentido la última generación de llantas runflat ha mejorado mucho.

Más cosas que hay que saber sobre las llantas runflat

Una cuestión importante es que sólo se pueden montar llantas runflat si el fabricante del vehículo los tiene homologados, y si el vehículo cuenta con sistema de control de presión de los neumáticos.

En principio, y en algunos casos sigue siendo así, las llantas runflat de algunos fabricantes sólo pueden montarse en rines de diseño específico para este tipo de neumáticos, mientras que no hay problemas para montar neumáticos convencionales en rines preparados para llantas runflat. Pero en la actualidad ya hay algunos fabricantes como Continental que ofrecen llantas runflat que se pueden montar en cualquier tipo de rin.

Por otro lado, no siempre es posible reparar un neumático runflat si se ha sufrido una ponchadura y has rodado con la rueda sin aire, es necesario comprobar los posibles daños estructurales internos que haya podido tener, y por ello algunos fabricantes recomiendan no repararlos.

También hay que saber que no es conveniente combinar llantas runflat y llantas convencionales, aunque sean dos a dos en el mismo eje.

En autoblindajes sugerimos el uso de las llantas runflat, búscalas en nuestra sección de servicios.

Escrito por Antonio Roncero.